Es,
coloquialmente hablando, 4 años mayor que yo solo por unos días. Hoy cumple 30,
yo 27 el mes próximo. No tengo idea alguna como se siente en el cuerpo no
tenerla, y eso es algo bueno; por lo que muchos debieran sentirse
orgullosos. Sin embargo para mí y para otros tantos entre sus 16 y 35, este día
podría significar poco.
La democracia era algo que ya estaba al momento de
nuestro amanecer consciente, no sabemos como es ser detenido en la calle solo
por usar barba, o el pelo largo, o tener el descaro de vestir un pantalón
campana; hoy usamos shorts diminutos que apenas no cubren el sexo, la cara
llena de aros, y cortes de pelo que hubieran alarmado a más de un uniformado, o
no, y eso es lo importante. No sabemos como es ir a un recital y cantar en modo
de protesta, o esconderse para fumar un porro; lo mejor que nos pudo pasar fue
eso, y que cada vez mas gente no sepa como era ese antes del 10 de diciembre de
1983.
Que la fiesta hogaña sea para recordar un logro como pueblo, un logro muy
lejano; para festejar el hecho de que tenga mucha más fuerza en los que ya no están, y se vaya
diluyendo en los que quedamos. No para olvidar que un día como hoy recuperamos
la libertad de un gobierno opresor, tirano, incompetente, asesino y torturador,
sino para recordar que hace casi 170 años pasaba algo como eso, y que
nunca más volvió a suceder.
Festejemos
los 30 años de democracia, no sin reclamarle cada vez mas, a nuestros elegidos
su perfeccionamiento, no sin observar las carencias presentes, las
operaciones políticas, los gobernantes negligentes, las especulaciones
económicas. Festejemos 30 años de que la decisión de quienes ocupan una banca o
un sillón, es nuestra. Festejemos que ya hay muchisimima gente que no sabe lo
que es vivir, en Argentina en dictadura.
Por: mB - DC2
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