"Hijo del Vudú"
Soy un hijo del vudú.
Señor, soy un hijo del vudú.
La noche en que nací
Señor, juro que la Luna se volvió de color rojo fuego.
La noche en que nací.
Juro que la Luna se volvió de color rojo fuego.
Mi pobre madre exclamó:
«¡Señor, la gitana tenía razón!»,
y la vi caer completamente muerta.
Ten piedad.
Los pumas me hallaron allí esperando
y me colocaron sobre la espalda de un águila.
Los pumas me hallaron allí
y me colocaron sobre el ala de un águila.
Es el ala de un águila, nena.
Me llevó más allá de los confines del infinito.
Y cuando me trajo de vuelta,
me dio el anillo de la bruja de Venus.
Y dijo: «Sigue volando, sigue volando».
Porque soy un hijo del vudú, nena, hijo del vudú.
Te hago el amor
y el Señor sabe que no sentirás ningún dolor.
Te hago el amor mientras duermes
y el Señor sabe que no sentirás ningún dolor.
Ten piedad.
Porque estoy a un millón de millas de distancia
y al mismo tiempo
estoy aquí en tu portafotos.
Porque soy un hijo del vudú.
El Señor sabe que soy un hijo del vudú.
Mis flechas están hechas de deseo
tan lejano como las minas de azufre de Júpiter.
Mis flechas están hechas de deseo
tan lejano como las minas de azufre de Júpiter,
bajando por el Mar de Metano, sí.
Tengo un colibrí y zumba tan alto
que creerías estar perdiendo el sentido.
Floto en jardines líquidos
y en la nueva arena roja de Arizona.
Floto en jardines líquidos
abajo en la nueva arena roja de Arizona.
Saboreo la miel de una flor llamada azul
por abajo en California.
Y Nueva York se ahoga
mientras nos dábamos la mano.
Porque soy un hijo del vudú.
El Señor sabe que soy un hijo del vudú.
Soy un hijo del vudú.
Señor, soy un hijo del vudú.
La noche en que nací
Señor, juro que la Luna se volvió de color rojo fuego.
La noche en que nací.
Juro que la Luna se volvió de color rojo fuego.
Mi pobre madre exclamó:
«¡Señor, la gitana tenía razón!»,
y la vi caer completamente muerta.
Ten piedad.
Los pumas me hallaron allí esperando
y me colocaron sobre la espalda de un águila.
Los pumas me hallaron allí
y me colocaron sobre el ala de un águila.
Es el ala de un águila, nena.
Me llevó más allá de los confines del infinito.
Y cuando me trajo de vuelta,
me dio el anillo de la bruja de Venus.
Y dijo: «Sigue volando, sigue volando».
Porque soy un hijo del vudú, nena, hijo del vudú.
Te hago el amor
y el Señor sabe que no sentirás ningún dolor.
Te hago el amor mientras duermes
y el Señor sabe que no sentirás ningún dolor.
Ten piedad.
Porque estoy a un millón de millas de distancia
y al mismo tiempo
estoy aquí en tu portafotos.
Porque soy un hijo del vudú.
El Señor sabe que soy un hijo del vudú.
Mis flechas están hechas de deseo
tan lejano como las minas de azufre de Júpiter.
Mis flechas están hechas de deseo
tan lejano como las minas de azufre de Júpiter,
bajando por el Mar de Metano, sí.
Tengo un colibrí y zumba tan alto
que creerías estar perdiendo el sentido.
Floto en jardines líquidos
y en la nueva arena roja de Arizona.
Floto en jardines líquidos
abajo en la nueva arena roja de Arizona.
Saboreo la miel de una flor llamada azul
por abajo en California.
Y Nueva York se ahoga
mientras nos dábamos la mano.
Porque soy un hijo del vudú.
El Señor sabe que soy un hijo del vudú.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Dejanos tu comentario...