¿SABE USTED DONDE ESTÁ SU HIJO EN ESTE MOMENTO?

Por Pablo Dacciavo

“Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y

decirles que fuimos derrotados. Pero nunca podremos mirarlos a los ojos y

decirles que viven así porque no nos animamos a pelear"

 Mahatma Gandhi.

    “Total normalidad: Las fuerzas armadas ejercen el poder” rezaba la tapa del Gran Diario Argentino justo, pero justo un día después de que comenzara la masacre uniformada mas grande de la historia argentina. Un día antes a través del comunicado N° 1 de la junta militar le comunicaba a la población que el país se encontraba bajo el control operacional de las Juntas de Comandantes Generales de las FF.AA. Con él se suspende la actividad política, se disuelve el congreso, se interviene la CGT, se destituye la Corte Suprema de Justicia, se suspenden las actividades nocturnas, se prohíben las huelgas y se suprimen los derechos de los trabajadores. Comenzaba la etapa más negra de la historia argentina.

      Que las urnas están bien guardadas, que el mundial lo jugamos todos, que los argentinos somos derechos y humanos, que si quieren venir que vengan, que traigan al principito, que estamos ganando la guerra. Cuanta maldad, cuanta mentira, cuanto silencio, cuanto daño. Otro 24 que llega y van… quien sabe cuantos. No nos importa. Nos duele lo mismo, demasiado suplicio para que se nos borre. Solo nos queda la reivindicación de las banderas que supieron flamear los que supieron soñar. De los pañuelos de los jueves que acarician el alma. De aquellos que zafaron y que volvieron para sacar de las cenizas y desparramar la cultura que nos habían robado. De los organismos que nunca bajaron los brazos y poco a poco fueron, con su lucha, reabriendo causas cajonadas.

    ¿Sabe usted donde esta su hijo en este momento? Contra la hipocresía de Clarín y La Nación que fueron socios del poder. Pero dígame, ¿Lo sabe? Contra la caterva de imbéciles que callaron luz en momentos de tanta oscuridad ¿Puedo insistir? ¿Sabe? Contra los Videla, los Massera, los Agosti, los Viola, los Galtieri, los Martinez de Hoz y toda la manga de hijos de puta que dejaron vacía una generación. Contra los que robaron pibes que hasta hoy siguen si saber quienes son y siguen doliendo. Contra los cagones que firmaron y promovieron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Contra la Sociedad Rural y los Católicos que apoyaron, vendieron, ayudaron e hicieron la vista gorda ante tanta demencia. Contra los cambios sociales impuestos por opresión. Contra los Grondona, los Hadad, los Longobardi, los Sofovich, los Blumberg, los Feinmann, los baby Etchecopar que aún hoy nos quieren contar el cuentito de los demonios.

Así que señora ¿Sabe usted donde esta su hijo en este momento? Hoy sí puedo contestar, tengo 30.000 razones que tiñen un puñado de papeles enseñándonos, eternamente, como vivir sin morir.